QUIZÁ ESTE MOMENTO...

QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...

miércoles, 20 de febrero de 2013

SE HA HECHO EL SILENCIO

                     Se ha hecho el silencio.
La vida pasa por fuera con su bulliciosa rutina 
y apenas parece que me roza con su transitar diario.
Tengo el cansancio posado en los párpados 
y la mudez instalada en la boca.
Quizá sea tiempo de dar repaso a la vida.
Se ha hecho el silencio
inundando el momento con su espesa niebla, 
obligando a mis manos a tantear realidades.
Se ha hecho el silencio
a pesar de mí misma.
Y sin embargo,
intuyo un eco lejano, apenas audible...


viernes, 15 de febrero de 2013

LA LLUVIA ANTES DE CAER (Jonathan Coe)

Decidimos que fuera en Madrid. En nuestro último encuentro de la tertulia, Inés se las ingenió de tal manera que no hubo escapatoria posible para que el comentario del nuevo libro  nos hiciera viajeras, y brindara la posibilidad a Salomé de incorporarse al grupo aportando una visión fresca, propia de una mujer bastante más joven que el resto de las tertulianas,  e impregnada de esa mirada propia del análisis periodístico. Y así, planificamos la fecha, los vuelos, la estancia, e incluso el sitio donde tendría lugar nuestra femenina reunión: un atiborrado y paradójicamente tranquilo  Círculo de Bellas Artes. 
Justo los días anteriores al viaje había hecho un frío increíble y no había cesado de llover. Sin embargo los dos días que pasamos en Madrid el sol lució espléndido y nos permitió disfrutar de  paseos que nos llevaban de un sitio a otro, en ese deambular confidente y relajado de mujeres provincianas respirando la capital.  
Personalmente, tuve que leer el libro dos veces. La segunda más de corrido con la clara intención de acordarme de la lectura. No me había pasado nunca eso de leer una obra y luego no acordarme de nada, pero de nada de nada... El caso es que ocurrió. Quizá pretendí sacudirme con el olvido el desasosiego que me produjo...
La lluvia antes de caer... 
Es una novela con cierto carácter epistolar en la que la protagonista de la historia, apoyándose en la descripción de viejas fotografías, nos lleva al pasado para escarbar en los sucesos y las emociones que los acompañaron. Está escrita por un hombre, con un acercamiento cinematográfico en el modo de desarrollar la trama, pero es una historia de mujeres sobre mujeres que destapan sentimientos difíciles de plasmar por la negatividad que tienen, y que no deja nada cerrado vertiendo en la atmósfera que rodea al lector cosas sobre las que pensar. Cualquier detalle por pequeño que parezca da pié a la reflexión.
Es una historia que nos perturba al trazar un círculo genético de herencias emocionales, de pautas educacionales que van incidiendo en las sucesivas generaciones, de relaciones personales en femenino donde aparece la homosexualidad con una necesidad latente de dar cobijo a la maternidad, la fidelidad emocional que se alarga más allá del abandono, los celos en  clave de amistad acaparadora y con tendencia a la exclusividad, la necesidad visceral de reinventarse hasta límites que rayan en la bipolaridad, la presencia de los malos tratos aleteando sobre los acontecimientos y llenándolos de sombras, lo complejo de la personalidad humana en ese incesante rechazo de una parte de nosotros mismos, la vuelta al consabido dilema sobre el bien y el mal, la culpa y la inocencia..., la relatividad y el condicionamiento de todo aquello que no debe ser juzgado. 

"- No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita.
-¿Tu lluvia favorita?- dijo Thea - Pues la mía es la lluvia antes de caer.
- Pero cielo, antes de caer en realidad no es lluvia... es solo humedad. Humedad en las nubes.
- Ya sé que no existe. Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea de verdad para hacerte feliz, ¿no?."

No, no hace falta. La felicidad siempre es otra cosa...

miércoles, 6 de febrero de 2013

CRIMINALES


Últimamente no puedo apartar de mi cabeza una palabra que revolotea tozudamente entorno a mi con su incesante zumbido de moscardón. No es un bonito término, ni elegante, ni especialmente agradable de pronunciar, ni se hace eco de cosas buenas.
Intento sacudirla y alejarla  porque es mezquina, cruel e inhumana.
Intento quitarla de enmedio y buscar otra por miedo a lo grave del significado. 
Sé que proviene de lo que percibo a mi alrededor. Sé que la aplico sin piedad a esa chusma que es noticia día tras día, que va dejando su rastro sucio por todas partes, que se manifiesta sin pudor y sin vergüenza ante un país que no acaba de salir de su asombro y  que vive en un estado de shock continuo ante la información que va llegando.
Y echo entonces mano a la definición de la palabra y me encuentro con que generalmente, se considera crimen la acción voluntaria de herir gravemente  o asesinar a alguien, y que la persona que lleva a cabo este tipo de acción se conoce como criminal. Y que  hay también ocasiones en que el término crimen se utiliza para referirse a un delito grave en general y a una acción indebida o reprochable. Que igualmente, desde el punto de vista del derecho, el crimen es una conducta, una acción o una omisión tipificada por la ley que resulta antijurídica y punible.  Y que el concepto está estrechamente unido al de delito, al abandono del camino establecido por la ley: el crimen es un delito ofensivo contra las personas.
Parece que entonces me quedo un poco más tranquila, no porque esa aclaración terminologica tenga sobre mi un efecto balsámico, sino porque me deja sin culpa, sin miedo a ser injusta cuando al mirar sus  rostros en medios de comunicación, al escuchar sus voces, al percibir sus mentiras, la palabra tenaz se posa en mis labios y sale con fuerza...
Criminales, criminales, criminales.