ALE
Y
BETTY
(rodriketerodri@hotmail.com)
Cuando en el mes de Septiembre vi por primera vez un dibujo de Rodri, supe que ese iba a ser mi regalo de Reyes para toda la familia. Así que, como una hormiguita afanada en sus tareas, me dediqué a pedirles fotos en las que se viesen "guapos" sin dar a conocer el motivo de la petición.
Tenía que ser una sorpresa.
De esta forma yo iba entregando las fotos a Rodri a través del correo electrónico y él las iba convirtiendo en dibujos. Él trabajaba sobre las cartulinas con sus lápices y yo iba guardando y almacenando los retratos finalizados y enmarcados.
Todavía no sé como fui capaz de guardar el secreto. Ardía en deseos de que llegase la dichosa Navidad para ver las caras de mis hijas, de mis padres, de mis sobrinos, de Roberto, de Elva María..., me podía la curiosidad de saber qué caras pondrían cuando abriesen los grandes paquetes rectangulares y se dieran de bruces con su propia imagen inmortalizada en los trazos de carboncillo.
Fue un momento muy especial.
No podrá ser en Reyes porque mis hijas se marchaban de viaje para Suiza, y la mayor no va a estar aquí para esa fecha, y tuve que darlos en Nochebuena.
Y sí, fue un momento entrañable, curioso, feliz... Todos se quisieron hacer fotos con su dibujo, como queriendo certificar de alguna forma que eran ellos los retratados...
"Estoy contentísima", le escribí a Rodri pocas horas después en un email.
Estoy contentísima. Ha sido un regalo estupendo.
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