Consideramos que era hora de leer algo diferente, menos literario y más comprometido con la realidad que nos envuelve, y todas estuvimos de acuerdo ante la propuesta de que el libro elegido para nuestra Tertulia fuese "Todo lo que era sólido" de Muñóz Molina, que, escrito con una peculiar fuerza narrativa, está a medio camino entre el ensayo y la crónica, la objetividad de los hechos y las experiencias personales de los mismos, la denuncia y la enseñanza, el repaso a la historia y la puerta abierta al porvenir.
"Todo lo que era sólido se desvanece hoy en el aire": la ficticia prosperidad tejida con malos hilos se fue deshilachando a base de mentiras políticas, intereses económicos, "pelotazos" que hicieron de nuestro país un novato en la vivencia de la democracia y el lugar donde uno podía hacerse rico más rápidamente (que diría Solchaga). Y todo ello acompañado de las trabas burocráticas, de los nacionalismos, de los obligados posicionamientos políticos, de la aduladora intelectualidad, de la contraposición entre pueblo (la voluntad expresada con una sola voz) y ciudadanía (la vulgaridad de la pertenencia jurídica), de los repartos de favores, del todo vale en la cultura, de la tremenda incompetencia, de la codicia sin límites...
Es casi imposible eludir la invitación a la reflexión que la lectura nos ofrece. Se nos obliga prácticamente a ello según se van exponiendo los hechos y se nos facilita la visión de lo ocurrido: ¿Cómo no nos daríamos cuenta? ¿Cómo es que nos fuimos capaces de poner freno a lo que intuíamos como desastre, de expresar adecuadamente todo lo que veíamos? ¿Cómo nos dejamos engañar cuando todos sabíamos que la burbuja no se pincha gradualmente sino que explota? Nada está a salvo, ciertamente. Y sin embargo...
Quizá todo vaya mejor si aprendemos a "ser un poco menos", si somos capaces de buscar lo que tenemos en común con el otro y sabemos respetar la diferencia, si somos conscientes de que nuestra denuncia unida a la denuncia de los demás tiene siempre mucha más fuerza, si dejamos de tener miedo a ser críticos y optamos por la valentía de expresarnos, si nuestro ser más creativo busca caminos a través de los centros de pensamiento y de los espacios de discusión, si nos protegemos de la fácil y alienante identificación con las tendencias políticas, si favorecemos el libre pensamiento, si fomentamos nuestra capacidad de análisis, si desafiamos el rechazo, si no nos olvidamos de que todos nuestros actos tienen consecuencias y que en todo lo que hagamos va el futuro de nuestros hijos, si somos capaces de darnos cuenta de que todos tenemos nuestras pequeñas áreas de influencia.
"Ya no nos queda más remedio que empeñarnos en ver las cosas tal como son, a la sobria luz de lo real. Después de tantas alucinaciones, quizás sólo ahora hemos llegado o deberíamos haber llegado a la edad de la razón".
Gracias Charo. Con las fotos y tu resumen... puedo hacerme una idea del gran debate que me perdí. Ana
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ResponderEliminarMuchas gracias Charo !! que bien recoges lo esencial !! un abrazo contertulia !!
mili
Charo! como siempre, está fantástico. Como enlazas las ideas!!
ResponderEliminarUn beso!!
Luisa
Gracias a vosotras por conseguir que cada encuentro de tertulia sea un placer.
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