Y todo por un viaje a Boston que no ha dado más que rompederos de cabeza.
Será para que no me aburra... Será para que me mantenga alerta, con esa tensión necesaria y propia de los estados de ánimo que nos recuerdan que somos frágiles y que vivimos...
Sea como sea, y todo ya solucionado, mañana volaré hacia un destino del que deseo traerme la alegre felicidad de un tiempo compartido con mis hijas, y del que quiero regresar para reencontrarme con todo lo bueno que aquí dejo, en espera.