QUIZÁ ESTE MOMENTO...

QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...

miércoles, 28 de marzo de 2012

INICIO DE VIAJE

Llevo varios días nerviosa, alterada sin venir a cuento, con emociones contrariadas y en un estado de química orgánica de niveles elevados.
Y todo por un viaje a Boston que no ha dado más que rompederos de cabeza.
Será para que no me aburra... Será para que me mantenga alerta, con esa tensión necesaria y propia de los estados de ánimo que nos recuerdan que somos frágiles y que vivimos...
Sea como sea, y todo ya solucionado, mañana volaré hacia un destino del que deseo traerme la alegre felicidad de un tiempo compartido con mis hijas, y del que quiero regresar para reencontrarme con todo lo bueno que aquí dejo, en espera.

viernes, 23 de marzo de 2012

NIEVE Y FLORES

La nieve cubría el espacioso paisaje entre las montañas.
El día anterior había caído aguanieve y el frío, de nuevo, había hecho acto de presencia .
Pero ahora, entre la resplandeciente blancura del suelo alfombrado, destacaban dos pequeños árboles cuajados de pequeñas flores albas y rosas.
Es invierno en primavera.
Recordé a José Ramón que acaba de morirse de cáncer...
A María, que recuperará  su niña el día 2 de Abril...
A Moussa, que no podrá trabajar por no llegar a tiempo sus papeles...
A Feliciano, que un día dijo "basta" y me llama diciendo que está bien...
Nieve y flores.
Invierno y Primavera en un pequeño y desafiante espacio de convivencia...

jueves, 15 de marzo de 2012

TIEMPO DETENIDO

En las horas de quietud,
cuando el tiempo se hace cómplice y nos deja los minutos vacíos y abiertos,
mis manos buscan su rostro para recorrer los caminos trazados en la piel,
las pequeñas señales del paso de los años,
los rasgos que conforman su identidad,
la historia depositada en cada gesto.
Y le miro...
Calladamente...
Largamente...
En las horas de quietud,
cuando no me queda nada sino yo misma,
me detengo en él y voy explorando su mirada oscura y tranquila,
sorprendida del sentimiento que me embarga y que humedece mis ojos,
abandonándome a la certidumbre compartida de tanto amor...
Y entonces, lo consigo.
Entonces, solo entonces, detengo el tiempo.

jueves, 1 de marzo de 2012

NUESTRA DANZA

A veces el amor es tal, que es posible iniciar una danza con el leve movimiento de la mirada, con la suavidad de las manos lentas que juegan a entrelazarse, con el  silencio preñado de lágrimas, con la emoción que se filtra por todas las esquinas y en todos los detalles.
En ocasiones, nuestro interior se llena de certeza y la voluntad de amar impera cada día extendiendo cada instante hasta el infinito, ahí donde no se escucha mas que el sonido del otro, aquello que se percibe sin que se medie palabra, donde el  tiempo, atento a los matices, se desliza sin hacer ruido para iniciar la melodía de la complicidad: una declaración de amor que nunca cesa...
Son momentos en que la perplejidad  nos invade al comprobar que nuestra pequeña tierra conquistada, antes tan valiosa, se nos antoja extraña al vislumbrar que siendo todo igual todo ha cambiado. Que ni siquiera nosotros, en la madurez de la vida, somos los que creíamos ser. Que lo que sabiamos posible, porque lo veiamos y envidiábamos en otros, eso que nos parecía que nos era negado, se instala a nuestro lado un día cualquiera y nos regala pedacitos de serena felicidad en el mutuo descubrimiento.
Y la danza pegada a nuestra piel va acompasando nuestros pasos, haciendo de cada gesto una entrega y de cada rutina algo nuevo. Descubrimos, entonces, la belleza de la sencillez, la respiración propia en un nuevo aliento, la explicación y el sentido de todo el dolor que llevamos atado, la insospechada fuerza de cada pequeño acontecimiento, la inefable presencia  de quien se asoma por todos los rincones, el hallazgo de la paz.
A veces el amor es tal, que nuestros ojos tienen que aprender a mirar de nuevo, que nuestras manos se nos antojan torpes para expresar caricias repletas de ternura, que nos estorban las palabras porque no aciertan a pronunciar ese nuevo lenguaje percibido.
La vida parece detenerse y se queda suspendida en ese aire que nos envuelve estableciendo un dialogo de amor con nuestro movimiento...
Y danzamos.