Ya sos mayor de edad,
tengo que despedirte
pesimismo.
Años que te preparo el desayuno,
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre,
que trato de narrarte pormenores
del pasado mediato,
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales,
y también que al mal tiempo buena cara.
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre,
que trato de narrarte pormenores
del pasado mediato,
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales,
y también que al mal tiempo buena cara.
Pero como si nada,
seguís malhumorado, arisco e insociable
y te repantigás en la avería
como si fuese una butaca pullman,
seguís malhumorado, arisco e insociable
y te repantigás en la avería
como si fuese una butaca pullman,
se te ve la fruición por el malogro,
tu viejo idilio con la mala sombra,
tu manía de orar junto a las ruinas,
tu goce ante el desastre inesperado.
tu viejo idilio con la mala sombra,
tu manía de orar junto a las ruinas,
tu goce ante el desastre inesperado.
Claro que voy a despedirte.
No sé por qué no lo hice antes.
Será porque tenés tu propio método
de hacerte necesario
y a uno lo deja triste tu tristeza,
amargo tu amargura,
alarmista tu alarma.
No sé por qué no lo hice antes.
Será porque tenés tu propio método
de hacerte necesario
y a uno lo deja triste tu tristeza,
amargo tu amargura,
alarmista tu alarma.
Ya sé vas a decirme: no hay motivos
para la euforia y las celebraciones,
y claro cuandonó tenés razón.
para la euforia y las celebraciones,
y claro cuandonó tenés razón.
Pero es tan boba tu razón, tan obvia,
tan remendada y remedada,
tan igualita al pálpito,
que enseguida se vuelve sinrazón.
tan remendada y remedada,
tan igualita al pálpito,
que enseguida se vuelve sinrazón.
Ya sos mayor de edad,
chau pesimismo,
chau pesimismo,
y por favor andate despacito
sin despertar al monstruo.
sin despertar al monstruo.
MARIO BENEDETTI
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