Tras la muerte de Steve Jobs, todos nos hemos volcado en alabanzas hacia el hombre que siempre se ha considerado como el gran impulsor de Apple y autor de productos como el iPhone, el iPod y el iPad, que llegó a convertir en todo un estilo de vida.
El gran magnate y empresario del sector estadounidense ha sido una de las figuras más importantes de la industria de las computadoras y del entretenimiento digital, y ha tenido un talento especial para hacer realidad lo imaginado...
Ha hecho realidad la magia.
Pero, personalmente, y de una forma especial, me impresionan sus palabras. Aquellas que pronunció en el discurso de graduación en Stanford, y que ahora son un legado de humanidad y un indicador de su filosofía de vida:
"Si vives cada día como si fuera el último, algún día acertarás... Cada día me miro al espejo como si fuera el último. Acordarme de que voy a morir pronto me ayuda a tomar las decisiones... Acordarse de que vas a morir es la mejor manera de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón para que no sigas tu corazón...Tu tiempo es limitado, no lo desprecies".
Y así es. Todos tenemos un ciclo vital determinado y único. La muerte es algo tan certero, y nos han educado tan mal para "vivirla", que nos produce un desasosiego y una angustia que se traducen en miedo. Pero miedo ¿a qué?.
Queremos pensar que la muerte nos va a llegar de viejos porque eso es lo "natural".
¿Lo natural?... Lo natural es que cada uno de nosotros se muera "cuando se tenga que morir", que no todos los seres vivos viven los mismos años, y que no todos los seres vivos de la misma especie mueren a los mismos años.
Todos tenemos nuestros años contados. Pocos o muchos. No importa. ¿Por qué estoy convencido de que yo voy a "durar toda la vida" y que el morirse pronto es "para los otros"? ¿Qué tengo yo de especial? Nada tenemos de especial. La vida me da el ser, y mi posición ante la muerte me da el significado como persona. No es malo morirse. Es lo natural. Lo natural a cualquier edad y en cualquier momento. Forma parte de la existencia y de los accidentes de la misma. Somos un ciclo vital único y determinado. Somos nuestro círculo vital. Maravilloso, dure el tiempo que dure.
Nada tenemos que perder, efectivamente. Así lo decía Steve Jobs. Y decía algo cierto. Todo lo tenemos perdido. La vida es la aventura de atreverse a ser, sin miedo.
Dure lo que dure. En el momento que nos ocupa.
Todo permanece.