Recuerdo las manos heladas bajo los pequeños guantes de lana, el vaho que se escapaba de las risas y los gritos, la nariz-zanahoria que parecía descolorida al lado de nuestras propias naricitas, los esfuerzos por llegar a colocar la pelota de nieve sobre el grueso cuerpo del muñeco para dotarle de cabeza, la fascinada imaginación que nos llevaba a vivir nuestro propio cuento de invierno..., la felicidad y la alegría.
QUIZÁ ESTE MOMENTO...
QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...
lunes, 10 de diciembre de 2012
EL MUÑECO DE NIEVE
Recuerdo las manos heladas bajo los pequeños guantes de lana, el vaho que se escapaba de las risas y los gritos, la nariz-zanahoria que parecía descolorida al lado de nuestras propias naricitas, los esfuerzos por llegar a colocar la pelota de nieve sobre el grueso cuerpo del muñeco para dotarle de cabeza, la fascinada imaginación que nos llevaba a vivir nuestro propio cuento de invierno..., la felicidad y la alegría.
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