QUIZÁ ESTE MOMENTO... La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...
La mañana se ha levantado perezosa. Va despertando con la mirada puesta en las futuras y cercanas sombras. Va lenta, arrastrando pensamientos y pequeñas acciones de última hora para la celebración de la cena, para la diversión de una noche decorada con miles de luces. Esta mañana no está donde tiene que estar, no es dueña de su tiempo... es la antesala de otro. La gente va y viene con la cabeza en otra parte. Los rostros van dejando las huellas de las emociones del alma: aquí una cierta añoranza, ahí una alegría expectante, acá un impreciso cansancio, allí la energía desbordante, acullá una serena esperanza... Y un deseo en la mirada y en los labios..."Ojalá que el año que empieza sea mejor". La mañana transcurre a paso lento y silencioso, como cogiendo fuerzas, sin malgastar la energía que necesitará cuando las estrellas empiecen a lucir en lo alto para celebrar un nuevo ciclo de la vida, un nuevo comienzo, y si acaso, también un nuevo yo, un nuevo nosotros... ¿Quizá mejores?.
Mi casa parece estos días un campamento base. El sitio de llegada de las personas que más quiero en este mundo: mis hijas... Ese lugar de donde arrancan todas las operaciones que se realizan fuera. Un cáos de cosas atravesadas por cualquier lado, un no parar de un lado para otro, un tratar de aprovechar los momentos para ver a los amigos, para encontrarse con el resto de la familia, para comprar pequeños detalles, para recibirlos. Días para disfrutar de las cosas sencillas: una fondue de quesos suizos, desayunos para tres, turnos para conducir el coche, cuidar a la gatita recién operada, sacar a pasear al perro, charlas en el sofá hasta las tantas, pedir vez para entrar en el baño... Al final son estas pequeñas cosas las que hacen inolvidables estas fiestas, las que nos hacen dejar a un lado, siquiera momentáneamente, los problemas cotidianos, las insufribles noticias que nos llegan acerca de nuestros políticos, la falsedad de la publicidad que nos "venden" los medios de comunicación, lo engañoso e hipócrita que hemos hecho este mundo. Cosas sencillas para dar a la Navidad un sentido más acertado, para brindar una oportunidad a lo realmente auténtico.
Los últimos atardeceres de este año van cayendo deshojados como los pétalos de una hermosa margarita que dejan desnudo el centro mismo de la flor: ese sol amarillo que les asía a la vida. Un año que ya va dando sus últimos coletazos y que me está dejando ver de nuevo lo imprevisible del tiempo que va marcando los días... Va a ser cierto eso de que no cuenta cómo se empieza sino cómo se acaba ya que todo lo que en Enero parecía estar en un orden más o menos conciliado, más o menos establecido, más o menos consolidado, aparece ahora incierto y con aires de cambio en este Diciembre en el que vuelve el frío. Y aunque en un principio los sucesos me han dejado con la ansiedad al aire y una cierta angustia en la mirada sobre la vida, no puedo decir que haya sido negativo lo que ha ido aconteciendo, aunque sí inesperado. No importa. Quiero pensar que los cambios son buenos, que gracias a ellos no nos anquilosamos, que nos hacen repasar acontecimientos y aprender, que traen la sorpresa bajo la manga y con ella la aventura del porvenir. Y lo que es más importante... me hacen sentir viva, con la sensación de que todo comienza, manteniéndome a la espera de nuevos campos de margaritas para ir deshojándolas mientras tomo pequeñas decisiones... esto lo quiero, esto no lo quiero... esto me gusta, esto no me gusta... con esto me comprometo, con esto no me comprometo... Y la vida en el mismo centro con su dorado botón de sol.
Este emblemático hombre fue llamado Nelson Mandela por su maestra en el primer día de clase de la escuela en la ladea Qunu porque en 1920 lo acostumbrado era poner un nombre inglés a los niños africanos para que los colonos pudieran pronunciarlo más fácilmente.
Pero tuvo más nombres:
Su padre lo llamó Rolihlala que en lengua xhosa significa "tirar de la rama de un árbol", lo que los nativos interpretaban como "alborotador" o "rebelde".
Más tarde, con 16 años, cuando pasó a la edad adulta a través de la ceremonia iniciática, le dieron el nombre de Dalibhunga, que significa "coordinador del diálogo".
El nombre de Madiva le fue dado por el clan Thembu al que pertenece, y era también el nombre de un jefe que el clan tuvo en el siglo XIX. Llamarle así ha sido siempre una muestra de cariño y respeto.
Al ser considerado el padre de la democracia en Sudáfrica, muchas personas lo llaman simplemente Tata, que en xhosa significa "padre", y de igual manera también se le llama Khulu, "abuelo"... "grande", "de suma importancia", "magnífico".
"La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia".
"La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en médico, el hijo de un minero en jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación".
"Tanto si cambias las sábanas como si suturas heridas, preparas la comida o dispensas medicamentos, está en tus manos ayudar a construir un servicio público digno de todos aquellos que dan sus vidas por el sueño de la democracia".
"En este mundo moderno globalizado cada uno de nosotros somos el guardián de nuestro hermano y de nuestra hermana. Hemos fallado demasiado a menudo en esta obligación moral".
"No hay nada como volver a un lugar que parece no haber cambiado para descubrir en qué cosas has cambiado tú mismo".
"Me gustan los amigos que tienen pensamientos diferentes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos".
"El arma más potente no es la violencia sino hablar con la gente".
"Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de haber vivido. Son los cambios que hemos provocado en las vidas de las demás lo que determina el significado de la nuestra".
"Si esperas las condiciones ideales, nunca se darán".
"Nunca, nunca, y nunca otra vez, debería ocurrir que esta tierra hermosa experimente la opresión de una persona por otra".
"No acostumbro a usar las palabras a la ligera. Si 27 años de prisión nos han enseñado algo, ha sido llegar a entender, desde el silencio de la soledad, hasta qué punto las palabras son preciosas y hasta qué punto el lenguaje verdadero tiene su impacto en la forma en que la gente vive y muere".
"La libertad es inútil si la gente no puede llenar de comida sus estómagos, si no puede tener refugio, si el analfabetismo y las enfermedades siguen persiguiéndoles".
"Yo no nací con hambre de ser libre, yo nací libre, libre en cualquier sentido que yo pueda entender".
Empiezo la semana con prisas, agitada, corriendo de un lado para otro, atenta al reloj, con un montón de papeles sobre la mesa, pendiente de cincuenta cosas, pensando que todavía quedan días por delante que me traerán más de lo mismo, más de este inquietante no parar. Mientras, la vida discurre a mi paso sin que apenas me de tiempo a fijarla en mi retina, a asumirla en mi piel, a respirarla. Comienzo los días anhelando ese impreciso instante en que llego a casa, en que entro por la puerta despojándome lentamente de todo lo que me sobra para, simplemente, sentirme...