QUIZÁ ESTE MOMENTO...

QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...

sábado, 31 de diciembre de 2011

CONCIERTO DE AÑO NUEVO

He elegido esta sinfonía de Rachmaninov para comenzar el Nuevo Año, ese que al nacer siempre escribimos con mayúsculas por lo que tiene de novedoso y de prometedor.
Las notas, casi balsámicas, expresan sin palabras un mundo de armonía, de calmada ligereza, de esperanzadora ensoñación, de apaciguada existencia... 
Precisamente eso que tanto nos hace falta.

jueves, 29 de diciembre de 2011

LA IGNORANCIA

 “Los pecados de las mujeres, de los niños, de los servidores, de los débiles, de los indigentes, de los ignorantes, son los pecados de los maridos, de los padres, de los dueños, de los fuertes, de los ricos, de los sabios.
A los ignorantes enseñádles cuanto podáis; la sociedad es culpable por no darles instrucción gratis; ella es responsable de la oscuridad que produce: Si un alma sumida en sombras comete un pecado, el culpable no es el que peca, sino el que no disipa las tinieblas”.


                                                                                       Víctor Hugo "Los Miserables"
                                                                                       Tomo I página 25

viernes, 16 de diciembre de 2011

CANTANDO BAJO LA LLUVIA


Era casi una niña cuando vi esta película por primera vez y recuerdo, como si hubiese sucedido hace un momento, que la escena bajo la lluvia me cautivó.
Era como si yo misma estuviese allí, en esa ciudad y en esa calle de farolas encendidas, bajo un aguacero intenso, y tan llena de alegría que lo único razonable era ponerse a bailar adueñándose de la noche con el paraguas cerrado.
Me ha venido a la memoria esta mañana, cuando tuve que armarme de valor para salir a la calle a dar el paseo con mi perro bajo una lluvia feroz y un viento empeñado en inclinar ante él todo aquello que encontraba.
Me sentí animada al comprobar que no hacía frío y, sin pensarlo demasiado, decidí coger solamente  mi boina para guarecerme, me puse la gabardina, me calzé las botas, puse la correa al perro, y salí a disfrutar del agua.
Llegué empapada de lluvia y de viento. Por aquello del pudor no  me puse a bailar en medio de la calle, pero sí dejé que "Pocho" lo hiciese por mí dándole permiso para meterse a jugar en todos los charcos.  

domingo, 11 de diciembre de 2011

LAS HERMANAS BUNNER

 Sábado, 10 de diciembre de 2011, 18:00 horas.
Seis mujeres del siglo XXI reunidas para comentar un libro - "Las hermanas Bunner"-  que habla de mujeres que desarrollan su existencia en el XIX y cuya autora, Edith Wharton, es bien conocida por "La edad de la inocencia", con una profunda diferencia entre las dos novelas, si bien en ésta última plasmó la alta sociedad neoyorquina, en "Las hermanas Bunner" se acerca a la mediocridad de un barrio y a las monótonas y rutinarias vidas de dos hermanas que atienden un pequeño y precario negocio de arreglos de costura y mercería.
La elección de esta  obra se hizo en base a poder compartir lectura y comentarios con otro pequeño grupo de mujeres de Alicante que la habían escogido para su tertulia. Un gesto de acercamiento y comunicación entrañable.
No es cuestión de ponerse aquí a hacer un resumen de la novela, pero sí quiero plasmar sobre el papel las conclusiones a las que llegamos, las ideas que compartimos, las diferencias marcadas por la visión que cada una tenía de la historia, los matices que observamos según nuestra particular forma de ser, de modo que, a lo largo de la tarde, fueron apareciendo pedacitos de nuestras seis personalidades hablando de las hermanas, de sus circunstancias, de sus decisiones, de su forma de vivir la vida y de sus contenidas emociones.
Hubo opiniones comunes tales como la sencillez del lenguaje para trasmitir mucho y mantener la tensión en cuatro líneas, la minuciosidad de las descripciones de la vida cotidiana, la aparición de párrafos sublimes en relación a la comunicación de los sentimientos, los maravillosos tintes rutinarios de los ambientes que envuelven las escenas, la relación casi pictórica de los objetos que enmarcan la casa y que forman parte de la vida de estas mujeres como si ellos mismos tuvieran vida propia y animada, la felicidad anodina de las vidas que discurren sin que ningún acontecimiento las sobresalte, la atmósfera lenta y envolvente, el cambio profundo que supone la irrupción de lo inesperado en la forma de vivir de las protagonistas, la solidaridad de las mujeres vecinas en los momentos difíciles, la visión femenina situada en un marco histórico forjado por hombres. 
Y coronando toda la trama, en ese punto filosófico que nos hace pensar, aparece el tema de la renuncia. Fue aquí  donde cada una de nosotras dejó traslucir, más allá de los hechos objetivables, lo que nos conforma y nos hace diferentes, nuestra visión de las cosas y nuestra opinión acerca de los acontecimientos. De este modo fueron apareciendo las mujeres que somos con sus opiniones entrecomilladas :
- "... es interesante la asunción de la renuncia absoluta y la satisfacción que  le ofrece hasta el punto de querer ir perfeccionándose en ella"
- "...la renuncia a nuestra propia felicidad en pro de la felicidad de las personas que amamos ¿qué nos garantiza? no por ello es segura la felicidad de las personas queridas. La vida es siempre imprevisible y sorprendente"
- "...ese tipo de renuncia no deja de ser una decisión sobre la vida de los demás, un no confiar en las capacidades de los otros"
- "...la renuncia es fácil de asumir porque sabe que no le va a aportar felicidad el no hacerlo, hay un grado importante de egoísmo en la decisión"
- "...la renuncia tiene su punto de cobardía"
- "...la renuncia es la única opción que tiene para su propia felicidad"
- "...en la mujer el valor de la renuncia es superior"
Resultó interesante convenir que la figura masculina aparece como un totem, como el contrapunto de intriga y distorsión, como la pincelada fea y destructiva que revuelve el mundo femenino. Nos pareció conmovedor y humano el sentimiento de culpabilidad que se obtiene cuando nos sorprendemos encontrando defectos en las personas que queremos. Aclarador descubrir que nuestra capacidad de elección está siempre sujeta y conforme a nuestros compromisos morales más intimos. Y, como colofón,  la visión última de la novela: esa escena final que parece deslizarse hacia un futuro de apertura y búsqueda de la vida que resurge, como el ave fénix, de las cenizas.

viernes, 9 de diciembre de 2011

PASEANDO POR EL ATENEO

Tenía marcada la fecha de antemano. Se trataba apenas de dos garabatos en el calendario especificando casi de forma ilegible, con una palabra y un número, el tema y la hora: Ateneo 20. El asunto era una conferencia sobre el origen, historia, crónicas varias y situación actual de una Sociedad Cultural centenaria y el edificio que la alberga.
Corría a cargo de Senén Rivero,  a quien admiro por su concienzuda labor de investigación, por su curiosidad en el ámbito cultural, por su amor a la tierra y al pueblo al que pertenece, y por la sencillez con la que viste su manera de andar por el mundo.
La sala de la Fundación Cardín estaba llena de personas deseosas de recobrar la memoria sobre un pasado protagonizado por sus padres, abuelos y bisabuelos, de darse un paseo por el tiempo a través de los documentos desempolvados y  las imágenes en blanco y negro que nos hablaron de otras inquietudes sociales e intelectuales, de rostros cercanos con matices antiguos, de calles apenas reconocibles, de un edificio con olor a vida.
No era mi caso. Yo no tengo aquí mis raíces, ni ninguno de mis antepasados estuvo aquí antes que yo. Soy la primera de mi familia que habita esta tierra y que la ha elegido para establecerse. Mi contacto con el Ateneo de Villaviciosa pertenece a una historia relativamente reciente. Y aún así disfruto de un tiempo pasado en  este espacio que presenció mi incursión en el mundo del teatro y fue testigo de vivencias teñidas de camaradería, de esfuerzo, de risas, de nervios, de interminables tardes de charla, de concentración en el  acto creativo de la interpretación.
En el salón de actos pasábamos el frío propio  que  proporcionan las amplias estancias de techos elevados y desprovistas de toda fuente de calor. Olía a humedad y las maderas crujían quejándose de los años. Los altos ventanales iluminaban, según la luz del día, el ya destartalado patio de butacas que un día amaneció aplastado  por las vigas de la techumbre. Y a pesar de ello, seguimos ensayando en un escenario desde el que se podía ver caer la lluvia dentro. Lluvia convertida en espectadora de primera fila. Lluvia protagonista de la decadencia de un edificio destinado a hacer florecer la cultura. Agua que entraba libremente y a raudales presagiando un temido y triste abandono.

lunes, 5 de diciembre de 2011

INTERPRETANDO


 
Ocurre, a la hora de interpretar
en escena, pero también en la vida diaria (donde es bien difícil interpretarse a uno mismo), que, de repente, tu personaje estalla de vida porque la réplica que te dan los demás personajes (puede ser uno, o pueden ser varios) hacen más creíble el tuyo y te llenas de fuerza. Y lo que es ficticio pasa de verdad. Es un instante. Pero el sentimiento de plenitud se queda dentro y perdura...

domingo, 4 de diciembre de 2011

LA CONJURACIÓN DE CATILINA

(Las ruinas del foro romano ilustran lo que Cicerón escribió  hace miles de años y sigue estando de actualidad a día de hoy. Ahora no es solo Roma la afectada: toda Europa es la víctima de una conjuración que va más allá de la comprensión del ciudadano medio. Tristemente, no parece que pase el tiempo).
  
"¿Hasta cuándo ya, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia? ¿Por cuánto tiempo aún estará burlándosenos esa locura tuya? ¿Hasta qué límite llegará, en su jactancia, tu desenfrenada audacia? ¿Es que no te han impresionado nada, ni la guardia nocturna del Palatino ni las patrullas vigilantes de la ciudad ni el temor del pueblo ni la afluencia de todos los buenos ciudadanos ni este bien defendido lugar -donde se reúne el senado- ni las miradas expresivas de los presentes? ¿No te das cuenta de que tus maquinaciones están descubiertas? ¿No adviertes que tu Conjuración, controlada ya por el conocimiento de todos éstos, no tiene salida? ¿Quién de nosotros te crees tú que ignora qué hiciste anoche y qué anteanoche, dónde estuviste, a quiénes reuniste y qué determinación tomaste?"
" ¡Qué tiempos! ¡Qué costumbres! El senado conoce todo eso y el cónsul lo está viendo. Sin embargo este individuo vive. ¿Que si vive? Mucho más: incluso se persona en el senado; participa en un consejo de interés público; señala y destina a la muerte, con sus propios ojos, a cada uno de nosotros. Pero a nosotros -todos unos hombres- con resguardarnos de las locas acometidas de ese sujeto, nos parece que hacemos bastante en pro de la república. Convenía, desde hace ya tiempo, Catilina, que, por mandato del cónsul, te condujeran a la muerte y que se hiciera recaer sobre ti esa desgracia que tú, ya hace días, estás maquinando contra todos nosotros".

sábado, 3 de diciembre de 2011

EL VIEJO COCHE

La calle  solitaria estaba situada en la zona vieja de la ciudad. Hacía mucho calor. La cercana iglesia tenía la puerta entreabierta y se podía ver en el interior el gentío que presenciaba la ceremonia de la boda. El coche de los novios permanecía aparcado al lado de la pared de piedra al amparo de la escasa sombra: un viejo automovil muy bien cuidado y sencillamente decorado, esperando tranquilo a que un hombre y una mujer ocupasen los asientos para iniciar un camino imprevisible.

ROMANCE DEL PRISIONERO


Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

jueves, 1 de diciembre de 2011

BRUCE WEBER


Nadie fotografía como él el desnudo masculino. Sin embargo, la imagen de este hombre me ha llamado la atención más allá de la belleza de los torsos descubiertos bajo el encanto del blanco y negro.
Hay en él un toque femenino en la elegancia y despreocupación de la pose, un punto transgresor en el gesto de la cabeza ladeada y el cigarro en los labios, un algo salvaje en el cabello despeinado, una sensualidad escondida en la adivinanza de la poderosa nuca, una cierta ambientación barroca en el decorado, y, quizá, un ligero desafío en el conjunto.