QUIZÁ ESTE MOMENTO...

QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...

miércoles, 3 de diciembre de 2014

CORRUPTOS



Estamos como anestesiados, como si nos hubiesen administrado algún fármaco relajante que anulase nuestra capacidad de protesta, de rebeldía. No se entiende  con todo lo que está pasando que no demos un golpe en la mesa y nos levantemos con un "basta ya" cuando nos están robando y arrebatando la dignidad. ¿Cuántos meses llevamos con noticias sobre políticos que cobran parte de sus sueldo en dinero de caja B, que se forran a base de comisiones, que malgastan y derrochan en su propio beneficio el dinero público, y que alardean de ser personas honestas, personas en las que se puede confiar, personas que no hacen sino pensar en el bien de todos los ciudadanos, en tu bien, y en el mío? 
Es para vomitar.
Y el que salga todo a la luz no es consecuencia de una política del gobierno intentando acabar con los corruptos. Eso es lo que dicen para salvar la situación. Creo más bien que hay tanta mierda que ya es imposible contenerla, que se asoma sin querer por cualquier entresijo socio-económico al que se mire con un poco de atención porque huele a distancia, porque debajo del traje impecable hay una suciedad en la piel que resulta repugnante. 
Lo peor es que esa falta de higiene, de limpieza, afecta a todos los que de una manera u otra ejercen cierto poder: los políticos de derechas y los de izquierdas, los sindicalistas, los banqueros, los empresarios...
Me asusta pensar que son ellos mismos los que ahora quieren librarnos de ese mal, de esa epidemia incontrolada de avaricia, los que nos intentan tranquilizar con recetas que siguen oliendo a mentira y a desfachatez, los que quieren destruir todo atisbo de aire fresco tachándolo de populismo, los que siguen pensando que nos convencerán de nuevo "porque ellos lo valen".
Pero lo que más miedo me da es que nos lo creamos, que sigamos siendo cómplices.



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