Hace tan solo unos días realicé un viaje a Roma con unas amigas. Fue un viaje corto e intenso.
ROMA...
No la conocía, y los días anteriores me sorprendía muchas veces soñándola despierta.
Es una ciudad grandiosa: los enormes edificios, los elegantes y sobrios palacios, las imponentes iglesias, las piedras de la Historia... Y aún así resulta acogedora y familiar, fácil de andar y desandar, propicia al encuentro con las gentes, hermosamente tentadora para perderse.
Llené mis ojos y animé mi espíritu paseando mi mirada por toda ella...
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