QUIZÁ ESTE MOMENTO...

QUIZÁ ESTE MOMENTO...
La vida es un discurrir de momentos. Suelen sucederse sin que apenas reparemos en lo que nos están ofreciendo. Y, sin embargo, en algunas ocasiones, alguno de ellos, se hace presente y nos hace ser conscientes de nuestra propia existencia...

sábado, 31 de diciembre de 2011

CONCIERTO DE AÑO NUEVO

He elegido esta sinfonía de Rachmaninov para comenzar el Nuevo Año, ese que al nacer siempre escribimos con mayúsculas por lo que tiene de novedoso y de prometedor.
Las notas, casi balsámicas, expresan sin palabras un mundo de armonía, de calmada ligereza, de esperanzadora ensoñación, de apaciguada existencia... 
Precisamente eso que tanto nos hace falta.

jueves, 29 de diciembre de 2011

LA IGNORANCIA

 “Los pecados de las mujeres, de los niños, de los servidores, de los débiles, de los indigentes, de los ignorantes, son los pecados de los maridos, de los padres, de los dueños, de los fuertes, de los ricos, de los sabios.
A los ignorantes enseñádles cuanto podáis; la sociedad es culpable por no darles instrucción gratis; ella es responsable de la oscuridad que produce: Si un alma sumida en sombras comete un pecado, el culpable no es el que peca, sino el que no disipa las tinieblas”.


                                                                                       Víctor Hugo "Los Miserables"
                                                                                       Tomo I página 25

viernes, 16 de diciembre de 2011

CANTANDO BAJO LA LLUVIA


Era casi una niña cuando vi esta película por primera vez y recuerdo, como si hubiese sucedido hace un momento, que la escena bajo la lluvia me cautivó.
Era como si yo misma estuviese allí, en esa ciudad y en esa calle de farolas encendidas, bajo un aguacero intenso, y tan llena de alegría que lo único razonable era ponerse a bailar adueñándose de la noche con el paraguas cerrado.
Me ha venido a la memoria esta mañana, cuando tuve que armarme de valor para salir a la calle a dar el paseo con mi perro bajo una lluvia feroz y un viento empeñado en inclinar ante él todo aquello que encontraba.
Me sentí animada al comprobar que no hacía frío y, sin pensarlo demasiado, decidí coger solamente  mi boina para guarecerme, me puse la gabardina, me calzé las botas, puse la correa al perro, y salí a disfrutar del agua.
Llegué empapada de lluvia y de viento. Por aquello del pudor no  me puse a bailar en medio de la calle, pero sí dejé que "Pocho" lo hiciese por mí dándole permiso para meterse a jugar en todos los charcos.  

domingo, 11 de diciembre de 2011

LAS HERMANAS BUNNER

 Sábado, 10 de diciembre de 2011, 18:00 horas.
Seis mujeres del siglo XXI reunidas para comentar un libro - "Las hermanas Bunner"-  que habla de mujeres que desarrollan su existencia en el XIX y cuya autora, Edith Wharton, es bien conocida por "La edad de la inocencia", con una profunda diferencia entre las dos novelas, si bien en ésta última plasmó la alta sociedad neoyorquina, en "Las hermanas Bunner" se acerca a la mediocridad de un barrio y a las monótonas y rutinarias vidas de dos hermanas que atienden un pequeño y precario negocio de arreglos de costura y mercería.
La elección de esta  obra se hizo en base a poder compartir lectura y comentarios con otro pequeño grupo de mujeres de Alicante que la habían escogido para su tertulia. Un gesto de acercamiento y comunicación entrañable.
No es cuestión de ponerse aquí a hacer un resumen de la novela, pero sí quiero plasmar sobre el papel las conclusiones a las que llegamos, las ideas que compartimos, las diferencias marcadas por la visión que cada una tenía de la historia, los matices que observamos según nuestra particular forma de ser, de modo que, a lo largo de la tarde, fueron apareciendo pedacitos de nuestras seis personalidades hablando de las hermanas, de sus circunstancias, de sus decisiones, de su forma de vivir la vida y de sus contenidas emociones.
Hubo opiniones comunes tales como la sencillez del lenguaje para trasmitir mucho y mantener la tensión en cuatro líneas, la minuciosidad de las descripciones de la vida cotidiana, la aparición de párrafos sublimes en relación a la comunicación de los sentimientos, los maravillosos tintes rutinarios de los ambientes que envuelven las escenas, la relación casi pictórica de los objetos que enmarcan la casa y que forman parte de la vida de estas mujeres como si ellos mismos tuvieran vida propia y animada, la felicidad anodina de las vidas que discurren sin que ningún acontecimiento las sobresalte, la atmósfera lenta y envolvente, el cambio profundo que supone la irrupción de lo inesperado en la forma de vivir de las protagonistas, la solidaridad de las mujeres vecinas en los momentos difíciles, la visión femenina situada en un marco histórico forjado por hombres. 
Y coronando toda la trama, en ese punto filosófico que nos hace pensar, aparece el tema de la renuncia. Fue aquí  donde cada una de nosotras dejó traslucir, más allá de los hechos objetivables, lo que nos conforma y nos hace diferentes, nuestra visión de las cosas y nuestra opinión acerca de los acontecimientos. De este modo fueron apareciendo las mujeres que somos con sus opiniones entrecomilladas :
- "... es interesante la asunción de la renuncia absoluta y la satisfacción que  le ofrece hasta el punto de querer ir perfeccionándose en ella"
- "...la renuncia a nuestra propia felicidad en pro de la felicidad de las personas que amamos ¿qué nos garantiza? no por ello es segura la felicidad de las personas queridas. La vida es siempre imprevisible y sorprendente"
- "...ese tipo de renuncia no deja de ser una decisión sobre la vida de los demás, un no confiar en las capacidades de los otros"
- "...la renuncia es fácil de asumir porque sabe que no le va a aportar felicidad el no hacerlo, hay un grado importante de egoísmo en la decisión"
- "...la renuncia tiene su punto de cobardía"
- "...la renuncia es la única opción que tiene para su propia felicidad"
- "...en la mujer el valor de la renuncia es superior"
Resultó interesante convenir que la figura masculina aparece como un totem, como el contrapunto de intriga y distorsión, como la pincelada fea y destructiva que revuelve el mundo femenino. Nos pareció conmovedor y humano el sentimiento de culpabilidad que se obtiene cuando nos sorprendemos encontrando defectos en las personas que queremos. Aclarador descubrir que nuestra capacidad de elección está siempre sujeta y conforme a nuestros compromisos morales más intimos. Y, como colofón,  la visión última de la novela: esa escena final que parece deslizarse hacia un futuro de apertura y búsqueda de la vida que resurge, como el ave fénix, de las cenizas.

viernes, 9 de diciembre de 2011

PASEANDO POR EL ATENEO

Tenía marcada la fecha de antemano. Se trataba apenas de dos garabatos en el calendario especificando casi de forma ilegible, con una palabra y un número, el tema y la hora: Ateneo 20. El asunto era una conferencia sobre el origen, historia, crónicas varias y situación actual de una Sociedad Cultural centenaria y el edificio que la alberga.
Corría a cargo de Senén Rivero,  a quien admiro por su concienzuda labor de investigación, por su curiosidad en el ámbito cultural, por su amor a la tierra y al pueblo al que pertenece, y por la sencillez con la que viste su manera de andar por el mundo.
La sala de la Fundación Cardín estaba llena de personas deseosas de recobrar la memoria sobre un pasado protagonizado por sus padres, abuelos y bisabuelos, de darse un paseo por el tiempo a través de los documentos desempolvados y  las imágenes en blanco y negro que nos hablaron de otras inquietudes sociales e intelectuales, de rostros cercanos con matices antiguos, de calles apenas reconocibles, de un edificio con olor a vida.
No era mi caso. Yo no tengo aquí mis raíces, ni ninguno de mis antepasados estuvo aquí antes que yo. Soy la primera de mi familia que habita esta tierra y que la ha elegido para establecerse. Mi contacto con el Ateneo de Villaviciosa pertenece a una historia relativamente reciente. Y aún así disfruto de un tiempo pasado en  este espacio que presenció mi incursión en el mundo del teatro y fue testigo de vivencias teñidas de camaradería, de esfuerzo, de risas, de nervios, de interminables tardes de charla, de concentración en el  acto creativo de la interpretación.
En el salón de actos pasábamos el frío propio  que  proporcionan las amplias estancias de techos elevados y desprovistas de toda fuente de calor. Olía a humedad y las maderas crujían quejándose de los años. Los altos ventanales iluminaban, según la luz del día, el ya destartalado patio de butacas que un día amaneció aplastado  por las vigas de la techumbre. Y a pesar de ello, seguimos ensayando en un escenario desde el que se podía ver caer la lluvia dentro. Lluvia convertida en espectadora de primera fila. Lluvia protagonista de la decadencia de un edificio destinado a hacer florecer la cultura. Agua que entraba libremente y a raudales presagiando un temido y triste abandono.

lunes, 5 de diciembre de 2011

INTERPRETANDO


 
Ocurre, a la hora de interpretar
en escena, pero también en la vida diaria (donde es bien difícil interpretarse a uno mismo), que, de repente, tu personaje estalla de vida porque la réplica que te dan los demás personajes (puede ser uno, o pueden ser varios) hacen más creíble el tuyo y te llenas de fuerza. Y lo que es ficticio pasa de verdad. Es un instante. Pero el sentimiento de plenitud se queda dentro y perdura...

domingo, 4 de diciembre de 2011

LA CONJURACIÓN DE CATILINA

(Las ruinas del foro romano ilustran lo que Cicerón escribió  hace miles de años y sigue estando de actualidad a día de hoy. Ahora no es solo Roma la afectada: toda Europa es la víctima de una conjuración que va más allá de la comprensión del ciudadano medio. Tristemente, no parece que pase el tiempo).
  
"¿Hasta cuándo ya, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia? ¿Por cuánto tiempo aún estará burlándosenos esa locura tuya? ¿Hasta qué límite llegará, en su jactancia, tu desenfrenada audacia? ¿Es que no te han impresionado nada, ni la guardia nocturna del Palatino ni las patrullas vigilantes de la ciudad ni el temor del pueblo ni la afluencia de todos los buenos ciudadanos ni este bien defendido lugar -donde se reúne el senado- ni las miradas expresivas de los presentes? ¿No te das cuenta de que tus maquinaciones están descubiertas? ¿No adviertes que tu Conjuración, controlada ya por el conocimiento de todos éstos, no tiene salida? ¿Quién de nosotros te crees tú que ignora qué hiciste anoche y qué anteanoche, dónde estuviste, a quiénes reuniste y qué determinación tomaste?"
" ¡Qué tiempos! ¡Qué costumbres! El senado conoce todo eso y el cónsul lo está viendo. Sin embargo este individuo vive. ¿Que si vive? Mucho más: incluso se persona en el senado; participa en un consejo de interés público; señala y destina a la muerte, con sus propios ojos, a cada uno de nosotros. Pero a nosotros -todos unos hombres- con resguardarnos de las locas acometidas de ese sujeto, nos parece que hacemos bastante en pro de la república. Convenía, desde hace ya tiempo, Catilina, que, por mandato del cónsul, te condujeran a la muerte y que se hiciera recaer sobre ti esa desgracia que tú, ya hace días, estás maquinando contra todos nosotros".

sábado, 3 de diciembre de 2011

EL VIEJO COCHE

La calle  solitaria estaba situada en la zona vieja de la ciudad. Hacía mucho calor. La cercana iglesia tenía la puerta entreabierta y se podía ver en el interior el gentío que presenciaba la ceremonia de la boda. El coche de los novios permanecía aparcado al lado de la pared de piedra al amparo de la escasa sombra: un viejo automovil muy bien cuidado y sencillamente decorado, esperando tranquilo a que un hombre y una mujer ocupasen los asientos para iniciar un camino imprevisible.

ROMANCE DEL PRISIONERO


Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

jueves, 1 de diciembre de 2011

BRUCE WEBER


Nadie fotografía como él el desnudo masculino. Sin embargo, la imagen de este hombre me ha llamado la atención más allá de la belleza de los torsos descubiertos bajo el encanto del blanco y negro.
Hay en él un toque femenino en la elegancia y despreocupación de la pose, un punto transgresor en el gesto de la cabeza ladeada y el cigarro en los labios, un algo salvaje en el cabello despeinado, una sensualidad escondida en la adivinanza de la poderosa nuca, una cierta ambientación barroca en el decorado, y, quizá, un ligero desafío en el conjunto.


domingo, 27 de noviembre de 2011

LA ÚNICA RAZÓN


"Ahora mismo soy la única razón por la que mis antepasados han existido".

Me traiciona la memoria y no sé decir con precisión dónde escuché esta frase, pero sí recuerdo el efecto que tuvo sobre mí. Sentí el peso de la responsabilidad. Desde el principio de los siglos  -parafraseando a Ángel González-, para que yo (y cada uno de nosotros) exista "fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo", un "viaje milenario de la carne" hasta llegar al producto final que es mi presencia aquí y ahora.
Da un poco de vértigo pensar en todos los seres humanos que a lo largo de la evolución y de la historia me han configurado, pensar que soy el producto de infinitas cargas genéticas, que llevo en mí todo lo que mis ancestros fueron, y que (ahí viene mi sentido de la responsabilidad)  yo también aportaré a mis descendientes lo que me define como persona poseedora de cuerpo, mente, espíritu y alma.
Hay vida después de la muerte. Hay vida antes de la muerte...

viernes, 25 de noviembre de 2011

CARTA PARA UNA DESPEDIDA

(Lo prometido es deuda. Aquí está la carta que escribí para el I Certamen Literario de Cartas de Amor -y desamor- convocado por la Tertulia Rita Caveda Solares. Aunque no fue una de las cartas ganadoras tengo que decir que gané mucho al atreverme a participar:  buenos ratos delante de la pantalla del ordenador intentando dar forma a ideas, pensamientos y emociones..., el esfuerzo de la creación ficticia..., la tensión del suspense al no querer desvelar nada ..., la hermosa experiencia del encuentro con el resto de mujeres participantes..., la alegría de aportar un granito de arena para que el interés por la cultura siga vivo...
Mis felicitaciones a las ganadoras por su buen hacer y a las mujeres de la Tertulia por esta iniciativa y por el éxito cosechado. El año que viene, más...)


                   Domingo, 29 de Octubre

Necesito que sepas, antes de que te adentres en estas líneas, que no es el rencor lo que me embarga. Ni la deslealtad. Ni esas emociones de mis días tontos que luego acaban pasando. Ni siquiera tiene que ver la melancolía de este otoño incipiente con sus vientos alborotados que barren las hojas de los árboles vestidas de amarillo, de marrón, de rojo...
Llevo tanto tiempo queriendo poner en orden mis pensamientos y mis sentimientos, que no sé por dónde empezar. Llevo días tratando de encontrar ese fugaz instante en que todo parece claro, para que no me cueste hablar de la angustia que has visto reflejada en mi cara mientras permanecía instalada en el silencio.
Ya es de noche. La tierra rezuma el agua que no ha dejado de caer durante toda la tarde y la humedad del aire atraviesa las paredes. He encendido la chimenea para templar un poco la casa y caldear mi ánimo. Quizá ha sido este calorcillo el que me ha traído este momento de paz en que me siento con fuerza para escribir, para poner sobre el papel lo que los labios no aciertan a decir, lo que el fin de la batalla que padecía conmigo misma ha resuelto... Y aquí estoy, con todos mis destrozos a cuestas.
Sé que no vas a comprender que esto nuestro se acabe.
No es fácil. ¿Cómo vas a entender que ponga fin a este largo trayecto de vida en que nos hemos acompañado? ¿Cómo vas a comprender que prefiera quedarme con la soledad que tanto he temido siempre?
Es tremendo darse cuenta a estas alturas de la vida que no ha bastado el cariño, la necesidad de compañía que compartimos, los hijos que hemos tenido, los proyectos (tuyos) que siempre he respaldado, la holgada posición económica tras años de penurias y sacrificios. No ha sido suficiente. No es suficiente.
El tiempo ha ido pasando de puntillas, sin querer alertarme de que la vida se va lentamente. Lentamente.
Tengo necesidad de vivir. Vivir... No acongojarme, como hasta ahora, ante lo imprevisible. Poner punto final a lo que no acaba de hacerme feliz. Tengo necesidad de aventurarme en el descubrimiento de mí misma.
En el descubrimiento de mí misma...
Descubrirme a mí misma cuando ya tengo pasados los cincuenta, cuando parece que es tiempo de conformarse con lo que se tiene, dar gracias por ello, y adecuar el paso de los años a esa costumbre que se ha trazado.
Descubrirme a mí misma en soledad justo ahora en que lo más cuerdo sería dejarme acompañar, dejar que mi vida resbale por el camino marcado, disfrutar de lo que se tiene conseguido.
Miro a través de la ventana la oscuridad de la noche apenas iluminada por las farolas de la calle. La quietud es inmensa. Las hojas del suelo amortiguan el sonido persistente de la lluvia al caer.
¿Sabes? el agua de esta lluvia y el agua de mis lágrimas comparten la misma esencia. Me siento desolada y triste. Vacía, como la calle solitaria. Sin asideros. Pero viva. Extrañamente viva. Extrañamente consciente de que existo. Vislumbrando a través de la niebla que embarga mi alma mi propia identidad... Creo que he vivido mucho tiempo sin identidad.
He luchado, y la batalla ha sido dura. He tenido que librarla contra el “sentido común”, contra “el qué dirán”, contra los miedos ante lo desconocido, contra la posibilidad de fracaso, contra las dudas que me asaltan, contra la pena ante el daño que te hago. Y he salido de ella hecha jirones, con el alma desgarrada de arriba abajo, con un dolor sordo, con la soledad aceptada (por fin) para emprender el viaje...
Cuando llegues la casa te acogerá cálida, encontrarás el hogar encendido, la noche quieta. Verás esta carta sobre la mesa, al lado de la taza preparada para tu café. La leerás pensando que no tiene sentido nada, que me he vuelto loca, y subirás las escaleras hasta la habitación para encontrarme.
Y aquí estaré. Con la maleta hecha y dispuesta para la partida. Esperándote serenamente para despedirme, para que veas mi rostro y comprendas que no habrá marcha atrás.
Ha dejado de llover.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

MIS BOLAS DE NIEVE



Tengo una pequeña colección de bolas de nieve que son recuerdos de lugares que han visitado personas muy queridas y también buenos amigos. Saben que me encantan y no dudan en adquirir alguna que sea representativa del sitio donde han estado para regalarme a la vuelta del viaje disfrutando de antemano de lo contenta que me voy a poner. La mayoría son pequeñas por aquello de que no ocupen mucho espacio en el equipaje y no acrecienten el peso de las maletas, pero también las hay de mayor tamaño e incluso tengo una que ameniza su visión con una pieza de música clásica. Mis bolas viajeras han venido de Madrid, de París, de Sicilia, de Roma, de Berlín, de Nueva Yorck, de Londres, de Suiza, de Viena, de Budapest, de Egipto, de Córcega, de Portugal, de Eslovaquia, de Praga, de Frankfurt, de la Ruta 66, de Bulgaria...
No sé explicar por qué, pero la realidad es que me fascinan y contemplarlas deja en mí un rastro perdurable de buen humor, de curiosa ternura  al voltearlas para ver caer lentamente los minúsculos copos de nieve que crean ese ambiente de ensueño. Cada una de ellas contiene otros mundos,  diminutas evocaciones, ecos de tierras lejanas, pequeños guiños de esferas perfectas donde nieva durante todo el año.

martes, 22 de noviembre de 2011

EL APEGO


Somos animales de costumbres. Establecemos hábitos, marcamos rutinas, nos disciplinamos en las reglas, seguimos caminos trazados,... y nos supone un desajuste (más o menos grande) todo aquello que venga a perturbar nuestro entorno cotidiano. Sin darnos cuenta forjamos la querencia, el apego, como característica principal de nuestra esencia .
Querencia a nuestra gente (y aquí incluyo el círculo más cercano de la familia, pareja, ... y el grupo humano con el que nos solemos relacionar "socialmente": amigos, compañeros de trabajo, vecinos...), y apego a las cosas que poseemos.
Y viceversa, querencia a las cosas y apegos a las personas. 
Pequeñas o grandes esclavitudes emocionales , el delirante afán de posesión...

Pero dice Buda:
<<"Esta tierra es mía y éstos son mis hijos"... son las palabras que dice el loco que no comprende que ni siquiera él mismo es suyo.>>

domingo, 13 de noviembre de 2011

BERLUSCONI: EL CÉSAR CAÍDO

La fotografía pertenece a uno de los accesos laterales de la residencia en el Quirinal del presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano. Cuando enfoqué la cámara, en la escena tan solo se encontraban los policías que aparecen en primer término controlando e impidiendo el acceso al palacio y el joven de uniforme blanco con los magníficos jardines a su espalda. Fue una casualidad que justo cuando dí al botón apareciesen en la escena un primer hombre seguido de un segundo ante quien, para mi asombro, se cuadró la guardia . No pude identificar al personaje que mereció el saludo y sigo sin saber quien puede ser. En un principio creí que podría tratarse de Napolitano, pero le faltan las gafas y su aspecto es el de un hombre algo más joven que el presidente de la República.
Fuese quien fuese, el caso es que el episodio despertó mi curiosidad, y días más tarde, en una conversación con Luciano, nuestro casero en los días que pasamos en Roma, salió a relucir el tema político, y cómo no, el primer ministro: Silvio Berlusconi.
Los italianos aprecian y respetan a Giorgio Napolitano, y piensan que de no ser por él Italia estaría aún peor de lo que se encuentra en el momento actual. Por el contrario,  la mayor parte del pueblo italiano está harto de Silvio Berlusconi, harto de este empresario metido a político que ha hecho gala, a bombo y platillo, de su corrupción personal, de la mala gestión de la situación económica, del abuso de poder (a lo que ayudó, y mucho, su control de los medios de comunicación), de su blindaje ante la justicia... Sí, las gentes están hartas de la obligación axfisiante de pagar elevados impuestos (mientras que el Estado Vaticano está libre de ellos a cambio del silencio), de la vergüenza que supone tener como primer ministro a un hombre adicto a la cirugía, al bronceado permanente, a la exibición de su soberbia, a la justificación de su lujuria, al afán de poder, a su presunta relación con la mafia, a su falta de ideología política...
Nadie ni nada ha podido hacerle bajar de su pedestal. Nadie ni nada ha podido quitar de en medio a un dirigente que se creía César y que actuaba como un dios. Solamente la  usura apo­yada en el poder político ha propiciado su caída. Y esta caída se está celebrando por todo lo alto en las plazas más representativas de toda Italia: las botellas de champán circulan como si de la fiesta de Año Nuevo se tratase, las gentes portan pancartas donde se pueden leer mensajes tales como "Gracias, Giorgio", "Renuncia Berlusconi!", "Vete ladrón", "Payaso", "Todos a la cárcel", "Por Fin!".
Y sin embargo, lo lamentable de todo este  asunto es que  tendríamos que ser los ciudadanos los responsables de quitar o poner a nuestros gobernantes, y el hecho de que no seamos capaces de ello y que tenga que ser la presión de "los mercados" quien se encargue de hacerlo, es la más clara demostración del momento de crisis que estamos atravesando como individuos y como pueblos.

jueves, 10 de noviembre de 2011

LOS CUENTOS DE LA INFANCIA


Al final de la tarde, ya casi anochecido, me he encontrado con la agradable visión de los campos salteados de setas. Son preciosas. No las conozco mucho y me es casi imposible ponerles nombre, pero quedé fascinada por la blancura brillante que algunas tenían, apenas veladas por la niebla que empezaba a levantarse de la tierra bajo la luz de la luna.
Y, al igual que esos olores que de repente nos trasladan a otros tiempos, me llevaron a evocar los cuentos de la infancia. Aquellas historias de duendes, de hadas, de animales que hablaban, de finales felices, de peligros insospechados, de imaginación sin límites.
No he sido madre de jugar con mis hijas, de tirarme por el suelo con ellas, ni del pilla pilla, ni del escondite. Pero sí he sido madre de contar cuentos: cuentos cuando se aburrían, cuentos por el simple hecho de que se aficionaran a leer, cuentos para antes de dormir...
Tengo recuerdos maravillosos entorno a las noches en  que me sentaba con ellas en la cama y leía en voz alta, poniendo voces a los personajes, los pequeños libritos que les iba comprando. En los cumpleaños, en Reyes, en cualquier otra celebración, siempre aparecía el regalo rectangular al que ellas, sobre todo la pequeña, llegaron a coger manía.
Supongo que sus recuerdos  y los míos son bien diferentes. Es posible que ellas, ya mujeres, apenas los tengan registrados en su memoria, pero yo los guardo y atesoro en la mía como maravillosos instantes de felicidad doméstica. La atención que prestaban, las miradas perdidas en la imaginación de aquel mundo entrañable y mágico, las risas, las preguntas, las infantiles reflexiones, la placidez del sueño en el que se adentraban blandamente agarradas a sus peluches... ¡Cuantas veces yo misma, vestida de todas las voces del cuento, me he ido a la cama y me he quedado dormida pensando en los gnomos, en las hadas, en los bambalinos...!
Aún conservo parte de esa literatura infantil, que ocupa ahora su espacio en la librería de mi salón, a la espera (¿quien sabe?) de otros niños, otras noches y otros sueños. 

miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA TERTULIA


La excusa fue la lectura previa de "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago. Nos habíamos decidido por ese libro para iniciar encuentros en los que tuviésemos ocasión de poner de manifiesto lo que pensamos, lo que sentimos, lo que vivimos.
Fue divertido el ir y venir de los e-mails para concretar el día y la hora y, una vez puestas de acuerdo, tratar de sortear los pequeños obstáculos de cada una para conseguir no faltar a la cita: el trabajo, las reuniones, los niños, las compras... 
Una pequeña tertulia de cinco mujeres dispuestas a escuchar y a aprender unas de otras,  sentadas en el rincón del fondo de la cafetería, entorno a unas tazas de te para las frioleras y una cervecitas para las más atrevidas.
Cinco mujeres bien diferentes y bien avenidas  queriendo rescatar el placer de una buena conversación, dando fe del feliz y mutuo hallazgo  a través de la palabra, atesorando la riqueza que despierta el entendimiento, compartiendo inquietudes, atemperando el tiempo...

sábado, 5 de noviembre de 2011

ME DIJO BAJITO...



Me dijo bajito: "Amor mío, mírame en los ojos.
"Le reñí, agria, y le dije: "Vete." Pero no se fue.
Se vino a mí y me cogía las manos... Yo le dije: "Déjame."
Pero no se fue.

Puso su mejilla en mi oído. Me aparté un poco,
me quedé mirándolo, y le dije: "¿No te da vergüenza?"
Y no se movió. Sus labios rozaron mi mejilla. Me estremecí,
y le dije: "¿Cómo te atreves, di?" Pero no le dio vergüenza.

Me prendió una flor en el pelo. Yo le dije: "¡Es en vano!"
Pero no cedía. Me quitó la guirnalda de mi cuello, y se fue.
Y lloro y lloro, y le pregunto a mi corazón:
"Por qué, por qué no vuelve?"

TAGORE

CASANDRA


"Pobre Troya, pobre ciudad que una vez fue mi patria. Mientras corre el vino, los poetas del palacio de Orestes y los del resto de los palacios de los príncipes la describen como rica y majestuosa. Rica, noble, orgullosa y majestuosa dicen ellos, los que estuvieron en Troya o los que dicen que estuvieron. Ricas, majestuosas y nobles son sus palabras sobre el saqueo. Antes de que quemaran mi hogar...
Estoy sentada en la mesa de piedra que hay al lado de la casa, con los útiles de escribir, y el viento ya agita ligeramente las hojas del limonero que hay junto a mí.
Como siempre en esta época del año, rezo para que la comida alcance hasta la primavera, para que no haya muertes ni enfermedades en la familia. Desde que tenía diez años, ahora casi treinta, también rezo para que no haya guerra. No hay nada peor que la guerra. Creo que lo he sabido toda mi vida.
Mis hijos nunca han oído la música brutal de las espadas chocando con los escudos; nunca han visto lo que pasa cuando una espada penetra en un cuerpo; no han oído los terribles gemidos y gruñidos de los hombres que luchan por sus vidas ni los gritos y sollozos de los heridos. No han visto las vidas humanas apagarse como velas. Nunca han sentido el olor de una ciudad ardiendo... Sólo puede compararse al olor de ropas viejas y sucias quemándose o al de la carne putrefacta. Mis hijos no han vivido nada de eso.
Por eso estoy escribiendo ahora.
Mi escritura les asusta, pero debo continuar mientras las hojas caen, se acercan las tormentas y acaba el invierno. No voy a permanecer en silencio. Me haré oír. Soy conocida como Ifianisa de Tolos pero soy hija del rey Príamo, Casandra. Creen que estoy muerta. Me oirán."



Texto de "Casandra, princesa de Troya" de Hilary Bailey 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

DANAE


    La tarde muere envuelta en su tristeza.
    Paisaje tierno para soñadoras
    miradas de mujer, exploradoras
    de su melancolía en la belleza.
    Danae apoya en sus manos la cabeza.
    El ambiente que el Sol último dora
    es una leve, dulce y turbadora
    caricia que la oprime con pereza.
    Un pajarillo gris, desde una vana
    rama, canta a la tarde lenta y rosa.
    Oro de Sol entra por la ventana
    y Danae, indiferente y ojerosa,
    siente el alma transida de desgana
    y se deja, pensando en otra cosa.

    ÁNGEL GONZÁLEZ

lunes, 31 de octubre de 2011

HALLOWEEN

En realidad es lo mismo. Significa, en inglés antiguo, "víspera de todos los santos", y fueron los irlandeses quienes la llevaron al Nuevo Mundo como manifestación de sus costumbres, de su identidad, de su cultura. Sus raíces son celtas, y vienen de la mano de los hermosos ritos que los druidas celebraban en estrecha comunión con la naturaleza para rendir culto a los árboles: el 31 de Octubre era la fecha  en la que concluía su calendario, fecha en la que el otoño vive su esplendor y deja caer las hojas como símbolo de la muerte y el comienzo de la nueva vida. 
Hermosa fiesta pagana que acabó siendo cristianizada como muchas otras que hoy celebramos. Si los antiguos ritos recordaban a los muertos, el cristianismo recordó, y recuerda, a las ánimas del purgatorio, es decir, a los muertos que habían dejado esta vida en pecado encontrándose en la circunstancia de "pagar" por las malas acciones realizadas o las buenas omitidas. En una palabra: todos los muertos... Y "santos" en cuanto se cree en ese principio de bondad que acompaña a todo hombre.
Creencias diferentes, aunque en menor medida de lo que pensamos. Diferentes ritos, pero muy cercanos. Ambos hermosos, ambos embajadores de la brevedad de la vida, de la añoranza de los muertos, de la belleza de los ciclos vitales y de la esperanza.
Qué pena que ahora, en esta celebración festiva que a mí me recuerda irremediablemente al carnaval, lo que prime sea la creencia en las brujas, en los fantasmas, en los monstruos...

martes, 25 de octubre de 2011

SAY HELLO


           A veces solo se trata de decir "hola".  Nunca se sabe...


domingo, 23 de octubre de 2011

VIENTO

La mañana se despertó con viento. Lo percibía, a través de la ventana, en el movimiento de las ramas, en los remolinos de tierra en el suelo, en las ropas ondeando en los tendales de los patios. Viento cálido y juguetón, que no molestaba, que se divertía manteniendo las hojas de los árboles suspendidas durante largo tiempo antes de dejarlas caer para luego arrastrarlas con prisas a otra parte.
Viento con gana de hacerse notar, de reivindicar su presencia ya casi olvidada.
Viento que salió a escena en este día de extraño discurrir, de inesperados acontecimientos, de emoción que estalla silenciosa ante una imagen : un pequeño frasco de agua de lluvia como la dádiva más valiosa que un hombre, que no posee nada, puede ofrecer a otro, que todo lo tiene, para agradecerle la vida.

sábado, 22 de octubre de 2011

HORACIO Y HAMLET

Horacio
         Veisme aquí, señor, a vuestras órdenes.

Hamlet
          Tú, Horacio, eres un hombre cuyo trato me ha agradado siempre.
Horacio
¡Oh! Señor.
 
Hamlet
No creas que pretendo adularte. ¿Y qué utilidades puedo yo esperar de ti? Que exceptuando tus buenas prendas, no tienes otras rentas para alimentarte y vestirte. ¿Habrá quien adule al pobre? No... Los que tienen almibarada la lengua váyanse a lamer con ella la grandeza estúpida, y doblen los goznes de sus rodillas donde la lisonja encuentre galardón. ¿Me has entendido? Desde que mi alma se halló capaz de conocer a los hombres y pudo elegirlos, tú fuiste el escogido y marcado para ella, porque siempre, o desgraciado o feliz, has recibido con igual semblante los premios y los reveses de la fortuna. Dichosos aquellos cuyo temperamento y juicio se combinan con tal acuerdo, que no son entre los dedos de la fortuna una flauta, dispuesta a sonar según ella guste. Dame un hombre que no sea esclavo de sus pasiones, y yo le colocaré en el centro de mi corazón; sí, en el corazón de mi corazón, como lo hago contigo...

miércoles, 19 de octubre de 2011

VOLVIENDO A CASA


Esta tarde, volviendo a casa, he puesto por primera vez en el coche la calefacción. Sonreí pensando que ya era hora, que estaba más que mediado Octubre y que daba gusto sentarse en el coche muerta de frío y empezar a notar como el habitáculo entraba en calor.
No puse la radio. Me estorbaba la música, la información, la publicidad...
Llovía. El agua resbalaba silenciosa por los cristales. El cielo plomizo, oscuro, me acompañó todo el trayecto, y bajé ligeramente la ventanilla para dejar pasar el olor del asfalto mojado, de la tierra húmeda, de los árboles empapados de agua.

viernes, 14 de octubre de 2011

"CIRKUS COLUMBIA" EN EL VALEY


Tenía curiosidad por conocer el Valey Centro Cultural de Castrillón. Me habían comentado que, tanto el edificio arquitectónico como la programación que ofrecía, merecían la pena ser vistos. Y, efectivamente, así fue.
Hubo dos intentos por materializar el "encuentro" que resultaron fallidos por distintas circunstancias, pero al tercero fue la vencida, para dar nueva confirmación al dicho popular.
La visita vino de la mano de la proyección de una película: "Cirkus Columbia", de Danis Tanovic, proyectada en versión original subtitulada (que es como se debe ver el buen cine). Conocía al director por ser el responsable de "En tierra de nadie", y el tema de la guerra en los Balcanes me llamaba la atención.  La gran sala del Teatro Auditorio acogió a un nutrido grupo de gente dispuesta a "algo más" que pasar un buen rato de distracción. Me alegró comprobar que aún existe curiosidad por esa otra forma de acercarse a la cultura de la mano de proyecciones alejadas de lo comercial.
La historia nos situó en Bosnia, en los días anteriores al estallido de la guerra, en un pequeño pueblo donde se desarrolla la vida de las gentes entre el humor y el sarcasmo, entre la ternura de lo cotidiano y la crítica socio política. Personajes cercanos, representativos de las diferentes posiciones en el conflicto, con vidas tranquilas y repletas de los quehaceres cotidianos, ajenas a lo  que se venía encima, sorprendidas por la inmediatez del desastre, sin alcanzar a comprender qué pasa... Una buena película.
En el camino de regreso, ya de noche, me sobrecogió la idea de que la sombra de los conflictos bélicos no parece querer marcharse, y que, machaconamente, continúa sobrevolando este planeta Tierra levantando polvaredas que ciegan a los hombres y confunden su entendimiento.
Tema para la reflexión pausada, para la toma de contacto con una realidad que está ahí, para revisar qué hacemos o dejamos de hacer, para adquirir conciencia...
Buen cine en el Valey para hacernos pensar.

miércoles, 12 de octubre de 2011

SOLO PIENSO EN TI


He querido recuperar aquí, en este espacio tan particular, una canción que me trae muy buenos recuerdos. Me pone de buen humor. Es distinta. Una gran canción. Ellos (Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán), maravillosos. Disfrutadla.

lunes, 10 de octubre de 2011

EN DANZA CON MARÍA PAGÉS



La luna llena imprimía un color de crema de leche a los blancos edificios arquitectónicos que configuran el Niemeyer. El sol se fue ocultando mientras esperábamos en la gran plaza abierta la apertura del Auditorio para asistir al espectáculo de danza de María Pagés: Utopía.
Se presentía la emoción en la noche, el movimiento en la brisa, la música en los sonidos de las palabras, el arte en el escenario que nos enmarcaba. Se palpaba la curiosidad en los comentarios,  la avidez en la mirada con la que ojeábamos los folletos de presentación, el anhelo en la consulta constante e intercalada a los relojes.
Noche del norte, fresca y húmeda, deshecha en el deseo del encuentro con la pasión del flamenco, con el retumbar de los tacones en el suelo, con el entrechocar de las palmas, con los quejidos de las voces, con los requiebros de los cuerpos de los hombres y mujeres mostrando lo más intimo de la esencia propia de cada sexo.
La sencillez y la pureza que imprime el gran arquitecto en su obra apareció en escena de la mano de la danza. Un espacio abierto, liberado  de todo lo que contamina, se abrió ante nosotros. En el escenario solo aquello que era importante, es decir, la esencia del ser humano. Y como ambientación las líneas onduladas del mundo femenino -colgando, modificándose, subiendo y bajando- para llenar de significado los poemas cantados de Neruda, de Benedetti, de Larbi el Harti, de Machado, de Baudelaire...
Noche fría de cielo raso que templamos, al finalizar, con una cena y una conversación de aromas cálidos y aires intelectuales, de opiniones sobre el futuro del Centro Cultural que nos había albergado, de escucha atenta al creador artístico y al crítico de arte que se perdían en su mundo, en la charla cercana de las mujeres sobre lo cotidiano.
Más tarde, ya en la madrugada, la arquitectura y la danza se pasearon de la mano con un entrañable amigo. Formas y movimiento en las palabras, en la observación de los gestos, en el estar con uno mismo, en el descubrimiento del otro,  en el entendimiento en el diálogo, en la fascinación del encuentro, en el respeto del espacio, en la espectación ante la cercanía.
Noche en danza con el alma envuelta en los tejidos de viento de la utopía.




viernes, 7 de octubre de 2011

DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

MANZANAS EN OTOÑO


No soy de grandes celebraciones, y, a decir verdad, de pequeñas tampoco. Pero hoy ha sido el día de mi santo, y en el trabajo me han sorprendido mis compañeros esperándome para el café con una maravillosa tarta de manzana casera. La hemos tomado con buen humor, comentando los acontecimientos de la mañana, y planeando la próxima cena de equipo.
Luego, la tarde se ha pasado volando: horas de despacho, de entrevistas con los usuarios, de nuevas acogidas... Tarde de luz de otoño que entraba por la ventana  abierta para dejar pasar un poco de aire fresco... Aire fresco, luz dorada y tarta de manzanas.



jueves, 6 de octubre de 2011

A PROPÓSITO DE STEVE JOBS

 Tras la muerte de Steve Jobs, todos nos hemos volcado en alabanzas hacia el hombre que siempre se ha considerado como el gran impulsor de Apple y  autor de  productos como el iPhone, el iPod y el iPad, que llegó a convertir en todo un estilo de vida. 
El gran magnate y empresario del sector estadounidense ha sido una de las figuras más importantes de la industria de las computadoras y del entretenimiento digital, y ha tenido un talento especial para hacer realidad lo imaginado...
Ha hecho realidad la magia.

Pero, personalmente, y de una forma especial, me impresionan sus palabras. Aquellas que pronunció en el discurso de graduación en Stanford, y que ahora son un legado de humanidad y un indicador de su filosofía de vida:
 "Si vives cada día como si fuera el último, algún día acertarás... Cada día me miro al espejo como si fuera el último. Acordarme de que voy a morir pronto me ayuda a tomar las decisiones... Acordarse de que vas a morir es la mejor manera de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón para que no sigas tu corazón...Tu tiempo es limitado, no lo desprecies".

 Y así es. Todos tenemos un ciclo vital determinado y único. La muerte es algo tan certero, y nos han educado tan mal para "vivirla", que nos produce un desasosiego y una angustia que se traducen en miedo. Pero miedo ¿a qué?.
Queremos pensar que la muerte nos va a llegar de viejos porque eso es lo "natural".
¿Lo natural?... Lo natural es que cada uno de nosotros se muera "cuando se tenga que morir", que no todos los seres vivos viven los mismos años, y que no todos los seres vivos de la misma especie mueren  a los mismos años.
Todos  tenemos nuestros años contados. Pocos o muchos. No importa. ¿Por qué estoy convencido de que yo voy a "durar toda la vida" y que el morirse pronto es "para los otros"? ¿Qué tengo yo de especial? Nada tenemos de especial. La vida me da el ser, y mi posición ante la muerte me da el significado como persona. No es malo morirse. Es lo natural. Lo natural a cualquier edad y en cualquier momento. Forma parte de la existencia y de los accidentes de la misma. Somos un ciclo vital único y determinado. Somos nuestro círculo vital. Maravilloso, dure el tiempo que dure.
Nada tenemos que perder, efectivamente. Así lo decía Steve Jobs. Y decía algo cierto. Todo lo tenemos perdido. La vida es la aventura de atreverse a ser, sin miedo.
Dure lo que dure. En el momento que nos ocupa.
Todo permanece.



domingo, 2 de octubre de 2011

A MIS HIJAS

A ellas, que lo son todo para mí.
A ellas, que han padecido todas mis imperfecciones.
A ellas, que son las personas más valientes que conozco.
A ellas, que son buenas amigas de sus amigos.
A ellas, que luchan por hacer su camino.
A ellas, que son buenas, inteligentes, guapas... y humildes.
A mis hijas...



CONCIERTO INESPERADO

Fue inesperado el pequeño concierto en la parte posterior de la iglesia de la Oliva. Acabábamos de asistir a la proyección de un documental sobre la vida rural: el abandono de los pueblos, el tiempo marcado por las estaciones, la vida de las gentes, el ganado y los campos, las labores cotidianas, los oficios ya casi condenados al olvido.
Me vestí de añoranza. Imágenes y recuerdos de tiempos pasados en los que, el contacto diario con la naturaleza y los quehaceres a los que me obligaba, pautaban la sucesión de mis días y mis noches.
Al salir del teatro, ya en la plaza, descubrimos a los músicos. Dos hombres y una mujer jóvenes tocaban hermosas melodías que salían alegres de la percusión, del acordeón y de los instrumentos de cuerda, entroncándonos con la tierra. Estaban situados justo detrás de la iglesia, con las piedras centenarias como fondo de escenario, bajo la luz tenue de la pequeña luna creciente, acompañados por la noche y el silencio del entorno.
Enseguida se formó un pequeño auditorio a su alrededor. La música ponía un leve movimiento en los pies y un suave balanceo en el cuerpo.
Un pequeño e inesperado concierto...
Pensé que bastaba muy poco para llegar a ese estado de ánimo que llamamos felicidad. Que era fácil conseguirlo si  estábamos atentos a los regalos de lo cotidiano. Que no es necesario moverse demasiado para viajar lejos. Que podemos respirar el perfume de la vida más allá de nuestras pequeñas cotidianidades. Que somos capaces de trascender lo pequeño. 

viernes, 30 de septiembre de 2011

EL QUIJOTE



-«...Y dime, Sancho amigo: ¿qué es lo que dicen de mí por ese lugar? ¿En qué opinión me tiene el vulgo, en qué los hidalgos y en qué los caballeros? ¿Qué dicen de mi valentía, qué de mis hazañas y qué de mi cortesía? ¿Qué se platica del asunto que he tomado de resucitar y volver al mundo la ya olvidada orden caballeresca?».
-«El vulgo tiene a vuestra merced por grandísimo loco, y a mí por no menos mentecato. Los hidalgos dicen que no conteniéndose vuesa merced en los límites de la hidalguía, se ha puesto 'don' y se ha arremetido a caballero con cuatro cepas y dos yugadas de tierra, y con un trapo atrás y otros adelante. Dicen los caballeros que no querrían que los hidalgos se opusiesen a ellos, especialmente aquellos hidalgos escuderiles que dan humo a los zapatos y toman los puntos de las medias negras con seda verde».
-«Mira, Sancho -dijo Don Quijote-: dondequiera que está la virtud en eminente grado, es perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser calumniado de la malicia... Yo sé quién soy y sé qué puedo ser».

 Capítulo XV- Vocación y destino final de Don Quijote
Miguel de Cervantes

jueves, 29 de septiembre de 2011

VIH-SIDA


Ayer escuché a primera hora de la mañana que un grupo de científicos españoles había encontrado una vacuna contra el VIH, que la habían probado ya en personas sanas con unos resultados espectaculares dónde se hablaba de un 90% de eficacia y que en breve iban a realizar los primeros ensayos con gente infectada por el virus.
"¡Por fin, por fin, por fin!" Era lo único que fui capaz de decir.
Han sido años conociendo gente con VIH. Gente de todas las edades, colores, razas, clases sociales, sexo. Muchos se han ido quedando por el camino. En su gran mayoría han tenido una mala vida, con enfermedades múltiples, hospitalizaciones frecuentes y muertes prolongadas dolorosamente en el tiempo.
La noticia es para hacer estallar fuegos artificiales de brillantes colores y sorprendentes formas. Es una puerta abierta a la vida, a la esperanza, al fin del estigma y del sufrimiento.
Y sin embargo, al mediodía, la ancha sonrisa que se me dibujó en la cara, se fue quedando un tanto empequeñecida, se me vino a menos... una leve sonrisa entre la alegría y la tristeza. Las noticias, que volvían a repetir el hallazgo, matizaban ahora la información añadiendo que de momento quedaría paralizada la difusión de dicha vacuna por falta de fondos económicos. La crisis, ya se sabe... Pero, ¿y lo que se está invirtiendo en la carrera armamentística? Ah, claro, es que eso es importante. ¡Por dios, no podemos compararlo con los drogadictos, los homosexuales, la gente corriente contaminada por imprudencias propias y ajenas, los africanos...! ¡Vaya tonta que soy! No acabo de enterarme del mundo en que vivo.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL EXTRANJERO


-¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?
-Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo. 
-¿A tus amigos?
-Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.
-¿A tu patria?
-Ignoro en qué latitud está situada.
-¿A la belleza?
-Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.
-¿Al oro?
-Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.
-Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?
-Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes maravillosas!

Charles Baudelaire

lunes, 26 de septiembre de 2011

DOMINGO ROJO

TARDE DULCE Y MUSICAL


Los domingos siempre me han parecido días sin vida. Especialmente aquellos fuera del verano, cuando las estaciones no nos invitan  al revuelo de las vacaciones. Sí, los domingos carecen del quehacer rutinario de los días laborables en que todo el mundo parece tener prisa y anda de un lado para otro ocupándose de su trabajo y de su vida doméstica. Tampoco tienen ese aire de sábado, propicio al disfrute, en que uno solo piensa en qué hacer cuando caiga la tarde y por dónde salir cuando llegue la noche.
Ahora que ya han pasado los días de sol y playa, ahora que se está acabando Septiembre y los árboles inician su insinuante destape despojándose poco a poco de sus hojas, el domingo (cualquier domingo) aparece ante mí como un tiempo de refugio y dedicación a mí misma. Suele ser raro que ocupe la tarde en cualquier actividad que suponga salir de casa. Y, así, me dejo reposar en el sofá viendo un poco la tele, leyendo innumerables horas, tomando un café o una infusión en los momentos que paro para descansar mis ojos, y saliendo, ya al atardecer, a dar un largo paseo con mi perro.

 El pasado domingo fue una escepción a esta regularidad. La invitación de una amiga a su casa me sacó de la mía para disfrutar, junto a otros amigos, de un encuentro dulce y musical. En el salón abuhardillado, inundado por la luminosidad que entraba a raudales por las ventanas del tejado, la anfitriona tocó al piano piezas de Chopin y Debussy creando un ambiente propio de una estancia con música de cámara. El sosiego se instaló en nuestros rostros, y hasta los niños, sentados sobre la alfombra, estuvieron atentos al deslizar de las manos sobre el teclado, espectantes en la emoción.
Cuando la música se hizo silencio, y los aplausos se fueron apagando, las sonrisas aparecieron en los rostros, se sirvió la mesa (tiramisú y flan de chocolate hechos especialmente para la ocasión), se destaparon las botellas de champán, y la charla se hizo amena: se habló de un viaje a Creta, se leyó poesia, se comentó el delicado momento de la economía en Grecia, de lo buenos que estaban los dulces, de las maravillas de la tecnología, del yoga y sus beneficios... Luego, ya caída la noche, fuimos marchándonos poco a poco. Cada uno a nuestra casa. Respirando el aire, aún cálido, en la quietud de la oscuridad. Y en la memoria la música maravillosa del piano y el sabor de la dulzura. 
- "Tenemos que repetirlo" 
- "Sí, tenemos que repetirlo, aunque sea para comentar un libro, o para ver una película, o para recitar poemas".
Lo haremos, sin duda alguna. Lo haremos.
De vez en cuando, los domingos van a dejar de parecerme domingos...